Según los últimos datos publicados por el Ministerio del Interior, el flujo migratorio hacia España ha registrado un descenso del 31% entre el 1 de enero y el 15 de septiembre de 2025, en comparación con el mismo periodo de 2024. En total, han llegado 26.211 personas, frente a las 37.970 del año anterior.
Descenso general, pero con diferencias territoriales
El informe revela que las llegadas por vía marítima han disminuido un 34%, pasando de 35.882 a 23.583 personas. Las Islas Canarias —tradicional punto de entrada desde África Occidental— concentran buena parte de este descenso: de 26.758 llegadas en 2024 a 12.487 en 2025, lo que supone una reducción del 53,3%. También se observa un descenso notable en Ceuta (-68,4%) y un ligero aumento en Melilla (+19%).
En cambio, Baleares experimenta un incremento del 70,9%, lo que indica un desplazamiento parcial de las rutas migratorias hacia el Mediterráneo central. El número total de embarcaciones interceptadas también se ha reducido un 17,9%, pasando de 1.122 a 921.
En cuanto a las llegadas por vía terrestre, se observa una tendencia contraria: Ceuta registra un aumento del 18,5% (de 2.026 a 2.401 personas) y Melilla un incremento del 266% (de 62 a 227). Estos datos apuntan a una reactivación de los intentos de entrada por frontera terrestre, especialmente en Melilla.
Factores que explican el descenso
Entre las causas identificadas destacan:
- El refuerzo de las patrullas mixtas entre Mauritania y España, que ha permitido una mayor vigilancia de las rutas atlánticas.
- El endurecimiento de los controles fronterizos en Mauritania y el aumento de detenciones y expulsiones hacia Malí y Senegal.
- La colaboración con países de tránsito y origen, como Senegal y Mauritania, que refuerza la cooperación bilateral en materia migratoria.
A pesar de la reducción general, las salidas desde Guinea Conakry y Guinea-Bissau han aumentado, según fuentes sobre el terreno. Esto sugiere que el descenso actual podría ser coyuntural y que los flujos migratorios podrían repuntar en los próximos meses si las condiciones en origen no mejoran.
Conclusión
El balance provisional de 2025 muestra una tendencia a la disminución del flujo migratorio hacia España, marcada por la reducción de las llegadas por mar. Sin embargo, la presión migratoria persiste y las rutas parecen adaptarse a los cambios en el control fronterizo y en la cooperación internacional. El seguimiento constante de estas dinámicas será clave para anticipar posibles repuntes y diseñar políticas migratorias eficaces y sostenibles.

 
				 
															